miércoles, 2 de septiembre de 2009

Prestigio Profesional y Politico

Antes (yo no estaba) tras una brillante carrera profesional era frecuente
ver el pase a la politica de ciertos profesionales.

Ahora en cambio, parece (tras los casos de Michavilla, Matas o Sevilla) que
el proceso es al reves.

Claro que parte del problema eran las incompatibilidades a la que estaban
sujetos los politicos.

En fin.

2 comentarios:

Arturo Moya dijo...

Hoy en día no es así. Bien es verdad, que los tiempos son otros, pero también la clase política tiene mucho de culpa y no es por no seguir las recomendaciones “del buen político” de Azorín. La política son ideales, “sueños”, “visiones” como el famoso “I had a dreem…” de Luther King, y si ésta carece de ellos, su función es ornamental, formal y se convierte en un tipo de trabajo cuya eficacia es cuestionada por la sociedad. Y entonces se llena de políticos mediocres, empeñados en ganarle la mano al contrario con el sólo fin de sacar pecho, los ideales se convierten en cifras más o menos convincentes y el poder algo a mantener a toda costa y cuando el poder da la espalda hay que sacarle rentabilidad. Si Azorín escribiera hoy en día sobre como debiera ser el político estoy seguro que pondría el acento en su preparación profesional y académica (que antes se daba por hecho), en su capacidad de comunicación en otros idiomas y con otras culturas (que antes no eran tan necesarias) y en su grado de influencia en la sociedad como ciudadano trabajador.
Arturo Moya

Carlos Andreu dijo...

Julio, pero no crees que Michavila y Sevilla podían haber tenido la decencia de haberse ido en Junio?. Han cobrado -mejor, les hemos pagado- dos meses de vacaciones... A uno, y al otro eh!.