miércoles, 24 de febrero de 2010

El origen de la crisis en Occidente está en el crecimiento cero de la natalidad

http://www.scriptor.org/2010/02/el-origen-de-la-crisis-en-occidente-est%C3%A1-en-el-crecimiento-cero-de-la-natalidad.html

De D. Juan José García Noblejas (tomado a su vez parte del aticulo de analisisdigital.com)

El economista italiano Ettore Gotti Tedeschi, habla en una entrevista al diario El Mundo («El verdadero origen de esta crisis está en el derrumbe de la natalidad en Occidente», $) del pasado 20 de febrero sobre las verdaderas causas de la crisis y destaca que es el derrumbe de la natalidad en Occidente. (...)
En su entrevista al diario El Mundo, el economista italiano Ettore Gotti Tedeschi denuncia que se han financiado créditos a personas que no podían pagarlos y no por culpa de los bancos, sino de los Gobiernos.
Así, destaca que en el mundo occidental la caída de la natalidad provoca la caída del desarrollo y ésta es lo que genera la crisis. También afirma que la inmigración ha venido acompañada del fenómeno de la deslocalización.
“Nos hemos empobrecido nosotros, Occidente, a causa del creciminto cero. Ellos, creciendo, han generado tanta riqueza que tienen en sus manos la deuda estadounidense”, explica Gotti Tedeschi. A la objeción según la cual si crece el número de personas crecen los hambrientos, el presidente del IOR respondió: “Cuando la tasa demográfica es cero o poco más, la población envejece y los costes fijos aumentan, no se pueden disminuir los impuestos, se bloquean desarrollo, inversiones y ahorro. Y para compensar se inventa una finanza como se inventa el crecimiento. Se favorece el crecimiento a deuda: las familias endeudan los años sucesivos de rentabilidad para anticipar los consumos. Y cuando no pueden pagar más salta todo”.


La ecología humana parece que es asunto que en buena parte está en nuestras manos. Así que cuando la política promueve situaciones de "carpe diem", en el peor sentido histérico de la expresión, sin confianza ni esperanza ante el futuro, el presente, naturalmente, se nos complica. Y la complicación no se resuelve con simples medidas político - económicas.


Parece que ni la población envejecida se resuelve con la eutanasia, ni el abuso del sexo con los abortos o los pseudo-matrimonios entre gentes del mismo sexo. Ni la falta de desarrollo con el consumo alocado de mercancías por parte de los que quedamos. Ni tantas cosas más...


Quizá es que hay que investigar y enseñar un poco más acerca de las razones de la genuina ecología humana. La naturaleza humana debería interesarnos tanto al menos como la naturaleza del cosmos, y la de los animales y plantas. Sin olvidar, por ejemplo, aquello de Aristóteles, de que la tendencia del viviente al ser es afán de "participar en lo eterno" (De anima 415, a26-b), que en los seres humanos significa -por así decirlo- no quedarse en ser "algo", un objeto más o menos disponible al uso o al abuso, sino detentar la dignidad coexistencial de ser siempre "alguien", siendo personas: sujetos dignos de respeto en su ser. La no-identidad con la propia naturaleza nos obliga a llamar a los hombres "personas". Y esa dignidad depende de que decidamos vivir como las personas reales que cada cual somos, sin ilusorios referentes de "personas posibles", como advierte Robert Spaemann.

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